Seguidores

miércoles, 21 de marzo de 2012

Verdades escondidas en puñales de cristal.

La extraña coincidencia del frío de Otoño y calor de septiembre, hacen volver la vista atrás cargando de recuerdos tu mente. Y sí, quizá es algo de lo que tendría que deshacerme, los recuerdos que más que felices son viejas puñaladas al corazón. Y tal vez este no era el camino correcto ni la mejor decisión, y apostó todas sus cartas en una mala jugada, que tal vez Ella fuese todo y no lo aprovechó, como tal vez ahora tenga lo mejor que pueda existir. Pero nadie lo sabe. Y echando la vista atrás de nuevo, comienzo a ver como predominaba la existencía de cariño en sus corazones, y quizá, aún quede algo de lo que ocurrió. Ella, siempre Ella, en cualquier momento entraba y destruía todo el amor que encontraba por allí. Aún no le encuentro lógica a todo aquello, y tal vez sea porque falta una pieza del puzzle que lo encaje todo y yo no pueda saber. Que tal vez era aquella sonrisa la que ocuparía sus días felices y le haría el chico más afortunado del Universo. Que no lo sé, que nadie lo sabe, o tal vez Él sí.

lunes, 5 de marzo de 2012

No, otra vez, no.

Todavía no me he hecho a la idea, la verdad que jamás lo imaginaba, tantas y tantas noches en la misma mesa, con las mismas cartas... Y ahora ni siquiera está en juego mi apuesta, porque dicen que el juego acabó terminando.
¡Qué lástima! Tendré que olvidar, muy a mi pesar, creo que ya lo sabes. ¿Cuántas veces me prometiste que no me abandonarías? Fueron tantas... Me enseñaste todo de la vida, superar los malos ratos, y pensar que era una simple etapa más, que tú también la has vivido... La etapa continua, y ahora, no estás para reñirme por los besos que no tuve que dar, ni para secarme las lágrimas que no tuve que derramar. Es tan triste recordarlo... Eran los únicos minutos que lograba sonreír, ¿Recuerdas? Como extraño todas esas risas.
Pero dicen, que a veces, los grandes, las mejores personas se nos van, tú sigues por aquí, pero ya me has olvidado.
Atentamente, el sargento que no renunció a su puesto.


domingo, 4 de marzo de 2012

Separarme de un impulso, de este mundo.

Despertó cansada como todos los días. Se sentía como si un tren le hubiese pasado por encima. 
Abrió un ojo y no vio nada. 


Abrió el otro y vio las vías.