Duele pensar que cuando estás deprimida en situaciones no muy buenas, solo te queda tu triste imaginación para jugar con las palabras y papel y lápiz para escribir lo que sientes porque por mucho que digan, hay veces en las que no hay nadie a tu lado, que te escuche, que seque tus lágrimas, que te diga que te quiere, o que simplemente esté en silencio, abrazándote, y te dé un beso en la frente susurrándote que todo va a cambiar. Porque en días así solo te apetece llorar, sentarte en silencio, tapada con una manta, con la oscuridad apoderándose de todo y pensar en esas cosas que te hacen tanto daño, escuchando aquellas canciones de películas tristes, que ni siquiera te ayudan a estar mejor, pero es lo único que te apetece en ese momento. Porque no hay voluntad ni fuerzas, Solo ese lejano recuerdo de cuando eras Feliz. Y pasan las horas y los días y esas finas gotas siguen cubriendo tu rostro, cada vez más rápido. No sabes si seguir luchando o rendirte, abandonar la partida sería lo más fácil e incluso lo menos doloroso. No existen las ganas de reír, ya ha aguantado mucho tiempo esa falsa sonrisa dibujada sin motivo, y se va, y con ella se lleva a todas las esperanzas que te quedaban, los pocos rayos de luz que iluminaban tus días, y solo queda eso, una gran penumbra que te hace sentir inexistente para el resto, y lo que mas deseas es desaparecer, quedarte dormida una noche, con los ojos cansados a causa de las lágrimas y no despertar a la mañana siguiente; Acabar la partida.
Muy bonito.
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