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lunes, 28 de marzo de 2011

DIJIMOS PARA SIEMPRE.

¿Recuerdas? La primera tarde de paseo, sin decir ni una palabra, supe en menos de tres segundos que me había enamorado. Confié en ti desde el primer minuto en que me dijiste que sería Feliz, y cumpliste tu promesa, me hiciste inmensamente Feliz y mi mundo cambió. Desde el primer beso a la luz de la luna, hasta el último en un día lluvioso, siento ese cosquilleo en el estómago que algunos quieren llamar amor. Las noches heladas se hacían Perfectas abrazada a ti, y sintiendo tu calor no le daba importancia a los grados negativos que había en el exterior. Las despedidas nunca fueron buenas, pero con un millón de palabras las podíamos hacer especiales. Era algo inexistente para la sociedad, pero nosotros sentíamos algo grande. Los pequeños detalles hacían de esto algo especial, el sabor indefinidos de aquellos chicles aparentemente de fresa, el olor de mi chaqueta tras habertela puesto tú. Cada día era mejor que el anterior, no podía aumentar más el quererte, porque desde el primer momento te quise a más no poder. Las miles de medias horas diarias que paso contigo se me hacen muy cortas, el resto de veintitrés horas y media me las paso pensando en cada uno de los momentos vividos contigo. Incluso teníamos mascotas propias, con nombre indefinido y que no hemos vuelto a ver. Cada discusión era un golpe de esos muy fuertes en el estómago, pero la reconciliación era perfecta, esos besos sabían muy bien, y esos abrazos eran muy sinceros. Uno de mis sueños lo has ido haciendo realidad poco a poco, siempre había querido volar y con cada uno de tus besos rozaba el cielo. Se hacía difícil la espera para verte, tras la distancia se escondían miles de sentimientos que se trasformaban en palabras tras tu ausencia y quería sacar todo de dentro aunque era imposible, solo con hechos se puede demostrar. Mi actitud de niña caprichosa muchas veces a empeorado la situación, pero aún así sabías aguantarme en cada momento. A veces deseaba que el tiempo se parase, que el mundo a nuestro alrededor quedase inmóvil, que solo existiéramos nosotros, sin reglas, sin límites.  Aún nos quedan muchos momentos por vivir juntos, promesas que están a la mitad, sonrisas que no se han completado, y no podemos dejar las cosas a medias. Dicen que el ser humano es la única especia que tropieza dos veces con la misma piedra, te empeñaste en decirme que soy especial, y como tal no tropezaré dos veces, con un fallo me ha servido para aprender, y es así. Te confieso que hay veces que hablas y no hago caso, que sólo te quiero besar, que hay veces que desobedezco tus palabras y te vuelvo a morder, pero es la forma más original de expresar lo mucho que te puedo llegar a querer. Porque esto es algo grande, porque prometimos un para Siempre, y las promesas están para cumplirlas.



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