Y lo recuerdo todos los días porque cuando las cosas empiezan a ir mal lo único que quiero es tenerle cerca, abrazarle. Se ha hecho inmensamente imprescindible el calor de sus labios al besarme. Lo mejor de todo es que sigue ahí, como desde el primer día, en el mismo lugar de mi corazón. A veces siento que no está, pero al momento me doy cuenta de que sigue a mi lado.
Hay quién decía que era de locos, pero miranos, ya nada puede separarnos :)
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