Sólo se ve bien con el corazón.

Se han quedado en una cajita guardados tus lunares, tus sonrisas entreabiertas, tus ojos verdes, tus manos perfectas, tus risas imperfectas, tus miradas escondidas, aquella chaqueta prestada, aquel abrazo en un lejano Enero y hasta las estrellas congeladas de aquel frío invierno.
Y ahora que su vacío predomina en mi interior comprendo lo que es soledad, ahora, echo de menos sus estúpidas manías, su razonar tan optimista, su manera de hacerme rabiar e incluso sus más odiosos defectos, esos que nunca llegué a conocer. Era mayor que un vicio, era mucho más poderoso. Pero ya no está y no vale la pena nada más, ni siquiera continuar escribiendo palabras sin sentido. Y pronto se agotarán mis lágrimas y solo quedarán miradas perdidas.

Y dicen que fumar mata, así que será mi nuevo vicio.