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sábado, 27 de noviembre de 2010

Podemos cansarnos de las personas en tan solo cuatro días, cansarnos de ellas en tres años o en cuarenta y dos,  o incluso podemos no cansarnos nunca y morir teniéndola al lado. Pero siempre vamos a tener ese miedo a hacer cosas que le defrauden, siempre nos enfadaremos por esas cosas que no nos gusta que haga aunque lo guardemos muy adentro y no lleguemos a una discusión. Hay cosas inevitables que hacen ir perdiendo a trocitos muy pequeños esa magia que al comenzar estaba completa. Yo quiero terminar el recorrido de mi vida teniendo toda esa magia al completo, intentaré no borrar mi sonrisa.



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